2.
Lo que está a punto de leer es la primera entrega de una serie, basada en miles de documentos internos obtenidos por fuentes de Twitter.
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Los "Archivos de Twitter" cuentan una historia increíble desde el interior de una de las plataformas de redes sociales más grandes e influyentes del mundo. Es la historia frankensteiniana de un mecanismo creado por el hombre que ha crecido fuera del control de su diseñador.
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En su concepción, Twitter fue una herramienta brillante para posibilitar la comunicación masiva instantánea, haciendo posible por primera vez una verdadera conversación global en tiempo real.
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En una primera concepción, Twitter cumplió con creces su declaración de principios: dar a la gente "el poder de crear y compartir ideas e información al instante, sin barreras".
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Con el paso del tiempo, sin embargo, la empresa se vio poco a poco obligada a añadir esas barreras. Algunas de las primeras herramientas de control de la palabra se diseñaron para combatir el spam y los fraudes financieros.
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Poco a poco, con el tiempo, el personal y los ejecutivos de Twitter empezaron a encontrar cada vez más usos para estas herramientas. La gente de fuera empezó a pedir a la empresa que también manipulara el discurso: primero un poco, luego más a menudo, después constantemente.
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En 2020, las peticiones de borrado de tuits por parte de actores relacionados eran rutinarias. Un ejecutivo escribía a otro: "Más para revisar del equipo de Biden". La respuesta sería: "Gestionado".
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Tanto famosos como desconocidos podrían ser eliminados o revisados a instancias de un partido político:
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Ambos partidos tuvieron acceso a estas herramientas. Por ejemplo, en 2020, se recibieron y atendieron solicitudes tanto de la Casa Blanca de Trump como de la campaña de Biden. Sin embargo:
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Este sistema no estaba equilibrado. Se basaba en los contactos. Como Twitter estaba y está compuesto en su inmensa mayoría por personas de una sola orientación política, había más canales, más formas de quejarse, abiertos a la izquierda (bueno, a los demócratas) que a la derecha.
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El sesgo resultante en las decisiones de moderación de contenidos es visible en los documentos que está a punto de leer. Sin embargo, también es la evaluación de varios altos ejecutivos actuales y anteriores.
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Los archivos de Twitter, primera parte: Cómo y por qué Twitter bloqueó la historia del portátil de Hunter Biden
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El 14 de octubre de 2020, el New York Post publicó BIDEN SECRET EMAILS, una revelación basada en el contenido del portátil abandonado de Hunter Biden:
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Twitter tomó medidas extraordinarias para suprimir la historia, eliminando enlaces y publicando advertencias de que podía ser "insegura". Incluso bloquearon su transmisión por mensaje directo, una herramienta reservada hasta ahora para casos extremos, como la pornografía infantil.
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La portavoz de la Casa Blanca, Kaleigh McEnany, fue bloqueada de su cuenta por tuitear sobre la historia, lo que provocó una furiosa carta del empleado de la campaña de Trump, Mike Hahn, que se enfureció: "Al menos finge que te importa durante los próximos 20 días".
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Esto llevó a Caroline Strom, ejecutiva de políticas públicas, a enviar una pregunta a la WTF. Varios empleados señalaron que había tensión entre los equipos de comunicación y política, que tenían poco o ningún control sobre la moderación, y los equipos de seguridad y confianza:
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La nota de Strom devolvía la respuesta de que la historia del portátil había sido eliminada por infringir la política de la empresa sobre "material pirateado":
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Aunque varias fuentes recordaron haber oído hablar de una advertencia "general" de las fuerzas de seguridad federales ese verano sobre posibles hackeos extranjeros, no hay pruebas -que yo haya visto- de ninguna implicación gubernamental en la historia del portátil. De hecho, ese podría haber sido el problema...
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La decisión se tomó en los niveles más altos de la empresa, pero sin el conocimiento del CEO Jack Dorsey, con el ex jefe de legal, política y confianza Vijaya Gadde jugando un papel clave.
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"Lo hicieron por su cuenta", dijo un antiguo empleado. "La excusa fue el pirateo, pero a las pocas horas casi todo el mundo se dio cuenta de que no iba a ser así. Pero nadie tuvo el valor de dar marcha atrás".
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Puede verse la confusión en el largo intercambio siguiente, que acaba incluyendo a Gadde y al antiguo jefe de confianza y seguridad Yoel Roth. Trenton Kennedy, funcionario de comunicación, escribe: "Me cuesta entender en qué se basa la política para calificar esto de inseguro":
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A estas alturas "todo el mundo sabía que esto estaba jodido", dijo un antiguo empleado, pero la respuesta fue esencialmente errar por el lado de... seguir errando.
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El ex Vicepresidente de Comunicación Global Brandon Borrman se pregunta: "¿Podemos afirmar con sinceridad que esto forma parte de la política?".
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A lo que el antiguo Consejero General Adjunto, Jim Baker, parece aconsejar de nuevo no seguir el curso, porque "la prudencia está justificada":
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Un problema fundamental de las empresas tecnológicas y la moderación de contenidos: muchas personas encargadas de la expresión saben/les importa poco la expresión, y personas ajenas a ellas tienen que explicarles lo básico. A saber:
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En un gracioso intercambio del primer día, el congresista demócrata Ro Khanna se acerca a Gadde para sugerirle amablemente que se ponga al teléfono para hablar de la "reacción contra el discurso". Khanna fue el único funcionario demócrata que pude encontrar en los archivos que expresó su preocupación.
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Gadde responde rápidamente, sumergiéndose de inmediato en los entresijos de la política de Twitter, sin darse cuenta de que Khanna está más preocupado por la Declaración de Derechos:
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Khanna intenta desviar la conversación hacia la Primera Enmienda, cuya mención suele ser difícil de encontrar en los archivos:
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En menos de un día, la responsable de Políticas Públicas, Lauren Culbertson, recibe una espantosa carta/informe de Carl Szabo, de la empresa de investigación NetChoice, que ya había encuestado a 12 congresistas -9 republicanos y 3 demócratas-, desde "el Comité Judicial de la Cámara de Representantes hasta la oficina de la representante Judy Chu".
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NetChoice hace saber a Twitter que le espera un "baño de sangre" en las próximas audiencias en el Congreso, en las que sus miembros afirman que se trata de un "punto de inflexión" y se quejan de que las tecnológicas "han crecido tanto que ni siquiera pueden regularse a sí mismas, por lo que es posible que el gobierno tenga que intervenir".
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Szabo informa en Twitter de que algunas figuras de Hill están caracterizando la historia del portátil como "el momento Access Hollywood de la tecnología":
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Continúan los archivos de Twitter:
"LA PRIMERA ENMIENDA NO ES ABSOLUTA" La carta de Szabo contiene pasajes escalofriantes que transmiten la actitud de los legisladores demócratas. Quieren "más" moderación, y en cuanto a la Declaración de Derechos, "no es absoluta"
"LA PRIMERA ENMIENDA NO ES ABSOLUTA" La carta de Szabo contiene pasajes escalofriantes que transmiten la actitud de los legisladores demócratas. Quieren "más" moderación, y en cuanto a la Declaración de Derechos, "no es absoluta"
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Una subtrama sorprendente del asunto del portátil de Twitter/Hunter Biden fue lo mucho que se hizo sin el conocimiento del CEO Jack Dorsey, y el tiempo que tardó la situación en "desenredarse" (como dijo un exempleado) incluso después de que Dorsey se metiera en el asunto.
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Hay múltiples casos en los archivos de Dorsey interviniendo para cuestionar suspensiones y otras acciones de moderación, para cuentas de todo el espectro político
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El problema de la sentencia sobre el "material pirateado", según varias fuentes, es que normalmente se requiere una constatación oficial de pirateo. Pero tal hallazgo nunca aparece a lo largo de lo que un ejecutivo describe como un "torbellino" de 24 horas de desorden en toda la empresa.
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Para mí también han sido 96 horas frenéticas. Hay mucho más por venir, incluyendo respuestas a preguntas sobre temas como el shadow-banning, boosting, recuento de seguidores, el destino de varias cuentas individuales, y más. Estas cuestiones no se limitan a la derecha política.